Reflexiones diarias para ti. |
Posted: 13 May 2015 05:15 AM PDT Mi esposa y yo visitamos una iglesia en otra ciudad no hace mucho tiempo. Cuando regresábamos a casa, ella me preguntó: “¿Notaste algo raro en las personas de esa iglesia?” Yo la verdad no noté nada, por lo que ella me explicó: “Nadie sonreía.” Al pensar en ello estuve de acuerdo. La música y el mensaje estaban más bien saturados de un tono sombrío de seriedad. Hasta en el vestíbulo, después del culto, había un silencio inusual. Esa experiencia me recordó una columna de periódico que escribió una periodista hace algunos años. Ella contó que una vez se encontraba sentada en una iglesia unas cuantas filas detrás de un niño y su madre. El niño miraba hacia atrás por encima del banco y le sonreía a todo el que estaba detrás de él. Y la gente a su vez le sonreía a él. De pronto su madre se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Le volteó la cabeza al niño y le dijo en una voz que se podía oír: “¡Deja de sonreír. Estás en la iglesia!” Si hay alguien que tiene derecho a estar gozoso son los creyentes en Cristo (1 P. 1:3-8). Él murió por nosotros, perdonó nuestros pecados, nos envió a su Espíritu Santo, y camina con nosotros a diario. Siempre que nos reunamos debemos regocijarnos en esas verdades. Si estamos experimentando la gracia de Cristo día a día tenemos razón para sonreír: sobre todo en la iglesia. “Alegraos, OH justos, en Jehová . . “ (Sal. 33:1). EL GOZO VIENE DEL SEÑOR QUE VIVE EN NOSOTROS, |
Posted: 12 May 2015 12:29 PM PDT Un hombre de Norfolk, VA llamó a una estación de radio local para compartir esto que le pasó en el día trágico de septiembre 11 del 2001. Su nombre era Roberto Matthews. Éstas son sus palabras: Recibí una llamada de mi padre que era un jubilado del departamento de bomberos de New York. Él me preguntó cuál era el número de vuelo en que viajaba mi esposa, pero le expliqué que perdimos el vuelo. Mi padre me informó que su vuelo era el que se estrelló en la torre sur. La noticia me sacudió y me dejo mudo. Mi padre también tenía más noticias para mí; él me dijo que iba a ayudar en la tarea del rescate, ‘ esto no es algo como para sentarme, yo tengo que hacer algo.’ Me preocupó su seguridad, por supuesto, pero más porque él nunca había dado su vida a Cristo. Después de una breve discusión, sabía que no iba a cambiar de idea y antes de que él colgara el teléfono, él dijo, ‘ tome buen cuidado de mi nieto.’ Ésas fueron las últimas palabras que escuche de mi padre. Él murió mientras ayudaba rescatando a otros. Mi alegría de que Dios había oído mi oración y salvado a mi esposa se convirtió en cólera. Me enojé con Dios, con mi padre, y conmigo mismo. Habían pasado casi 2 años culpando a Dios por no salvar a mi padre, porque mi hijo nunca conocería a su abuelo, mi padre nunca había aceptado a Cristo, y yo nunca conseguí decirle adiós. Entonces algo sucedió. Hace aproximadamente 2 meses, estaba sentado en casa con mi esposa y mi hijo, cuando escuché que alguien tocaba la puerta. Mire a mi esposa, pero ella no esperaba a nadie, asi, que abrí la puerta y allí estaba una pareja con un niño pequeño. El hombre me miraba y preguntó si el nombre de mi padre era Jake Matthews. Le dije se sí era. Él asió rápidamente mi mano y me dijo, ‘ nunca conocí a tu padre, pero es un honor para mi conocer a su hijo.’ Él me explicó a mí que su esposa había trabajado en el centro mundial del comercio (las Torres Gemelas) y había quedado atrapada adentro después del ataque. Ella estaba embarazada y no sabía como salir de aquel caos. Él entonces explicó que mi padre había sido el que entró hasta donde ella estaba atrapada para liberarla. Mis ojos se llenaron de lagrimas al saber que mi padre había dado su vida para rescatar gente como esta. Él entonces me dijo, ‘ hay una cosa que usted necesita saber.’ Su esposa entonces me dijo que mi padre trabajó arduamente para liberarla, y mientras él lo hacía le hablé de Cristo y él lo aceptó. Esta historia debe ayudarnos a realizar que: No se que esta pasando en su vida ni cuantas cosas le han pasado pero una cosa si se y por experiencia que Dios está en control de nuestras vidas. Su Palabra Santa nos lo asegura: “Y sabemos que a los que aman a Dios, TODAS LAS COSAS les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28 Fuente: Famacero.com |
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